Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.

El 16 de septiembre de 1976, “La Noche de los lápices”, fue un momento, quizás de los más trágicos, por la temprana edad de sus víctimas. La dictadura genocida instaurada el 24 de marzo de aquel año, se ensañó contra la juventud obrera y los estudiantes universitarios, pero esa noche -que no fue la única noche de aquel septiembre negro- descargó su furia contra los estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, varios de los cuales continúan desaparecidos.Desde entonces, la consigna-poema se hizo cada vez más fuerte, y cada 16 de septiembre late en la conciencia de las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes secundarios que se incorporan a la misma lucha por la que cayeron los compañeros de “La Noche de los Lápices”. Con los años, a ella se sumó la muy acertada de “Los lápices siguen escribiendo”. Porque lo seguirán haciendo mientras haya un joven argentino consciente y dispuesto a luchar contra las clases dominantes.
Es por eso, también, que “los lápices” y “la primavera”, deben marchar siempre junto al “Nunca Más”. Nunca más dictaduras cívico-militares, nunca más Terrorismo de Estado, genocidio nunca más.
Elegimos mantener viva la memoria de las y renovamos el compromiso con la lucha por verdad, memoria y justicia.